
En Santa María de los Llanos, el pueblo más
meridional de la Orden de Santiago, en la provincia de Cuenca, están totalmente
convencidos de que la imagen de su virgen es la más pequeña del orbe cristiano,
y seguramente tienen razón, al menos hasta que alguien descubra otra aún más
reducida. Cuentan los textos entre históricos y legendarios alusivos a este
lugar, que fue exactamente en el
año 1290, cuando un labrador, llamado
Domingo, al encontrarse trabajando en el campo "travósele el arado y las bestias que no las podía mover a ninguna
parte e cuando fue su merced de Dios e de la Virgen sacó donde una imagen de
cobre fecha en forma de Santa María, con su hijo en los hinojos, que no ha en
ella más de tres dedos pequeños en largo, e una cruz de cobre que no ha ocho
dedos de largo", por lo que la población, que hasta entonces se
llamaba Puebla del Algibe, decidió comenzar a llamar Santa María al lugar. El
relato es contado también con sencilla y maravillada prosa, en la Relación Topográfica
de Las Mesas (1575) y recogido con brevedad en la de El Pedernoso, donde
aseguran que a "la imagen se
tiene mucha devoción y es muy visitada de toda la comarca".
La imagen actual conserva las
dimensiones originales de la primitiva, que no se sabe en qué momento
desapareció. Es obra del siglo XVI, de muy pequeñas dimensiones (7 x 3,5
centímetros) y por ello generalmente se ha conservado en un estuche protegido
por cristales a ambos lados. Es de bronce dorado, vaciado, en posición sedente,
en un trono de nubes con una cabecita de ángel en el frente y sobre unos
destacados cuernos de luna. El Niño está sentado sobre la pierna izquierda de
su madre y ambos portan un globito terrestre en sus manos, los dos con coronas
punteadas metálicas. Esa estructura fue destruida durante la invasión francesa
y sustituida luego por un templete u hornacina que se mantiene en la
actualidad, en forma de baldaquino con base y techo circulares, con cuatro
columnas cilíndricas de estilo dórico y remate de cruz y paloma colgada del
techo. Se encuentra en una capilla de la iglesia parroquial, en el lado derecho
de la cabecera, junto al altar mayor. Estaba avanzando el siglo XX cuando surgió
la costumbre de sacarla en procesión, pese a su pequeñez, pero se puede hacer
precisamente porque la Iglesia, aunque es poco favorable a innovaciones
modernistas, autorizó que se diera forma a una especie de custodia en cuyo
interior, entre cristales, en vez de una hostia figura esta diminuta imagen que
así puede ser paseada entre la devoción popular. La imagen de la virgen de los Llanos
fue coronada canónicamente por el obispo Guerra Campos el 11 de agosto de 1990.