domingo, 27 de noviembre de 2022

EL TRABAJO NUESTRO DE CADA DÍA

 

Uno de los más curiosos entretenimientos que tienen cada día los trabajadores del Ayuntamiento de Cuenca es tener que estar cambiando las losas centrales del pavimento de subida a la Plaza Mayor, de manera que cada dos por tres podemos asistir al tonto espectáculo de ver cómo es preciso interrumpir el tráfico para que procedan al susodicho cambio. Probablemente cualquiera haría cuentas y llegaría a la conclusión de que es más barato y práctico sustituir por completo ese inútil e incómodo pavimento por otro más adecuado a las necesidades, pero es muy dudoso que una idea tan razonable pueda arraigar en las costumbres burocráticas y rutinarias del estamento municipal. Es mejor estar todos los días liados con este procedimiento. Al menos, eso es lo que deben pensar.

 

sábado, 26 de noviembre de 2022

NOTICIA DE GARCÍA SALMERÓN

 

En este mundo pícaro y precipitado que nos ha tocado vivir, aún  queda algo de tiempo para recibir una sorpresa agradable, acompañada de un rato de sosiego y estímulo intelectual. Es lo que pasó el último martes, oyendo en la Real Academia a Sonia Casal Valencia, una jovencísima investigadora de los entresijos del arte que con una expresividad asombrosa puso delante de los atentos oyentes que allí estábamos la obra de Cristóbal García Salmerón, uno de esos conquenses de mérito olvidados en esta ciudad de nuestros disgustos, donde cualquiera tarambana insignificante recibe honores y distinciones de cualquiera de las instituciones que se dedican a eso. No es el caso del pintor que traigo aquí hoy: nacido en Cuenca a comienzos del siglo XVII y muerto en Madrid en 1666 fue uno de los artistas más destacados y reconocidos de la época barroca, con un largo repertorio de obras identificadas y otras que nos son conocidas solo por la documentación que existe sobre él. De eso habló, con admirable soltura, Sonia Casal, profesora de la Universidad de Santiago, que ha escudriñado hasta las sombras más oscuras del pintor. Santos, apóstoles y penitentes. La obra pictórica de Cristóbal García Salmerón, fue el título de la conferencia, realmente una gozada, de esas que se agradecen porque se sale de la rutina y las banalidades.

 

jueves, 24 de noviembre de 2022

VOLÓ LA ESTRELLA MICHELÍN

 


Parece una ironía del destino, una aplicación singular del nunca llueve a gusto de todos, un afán por fastidiar unos momentos de alegría colectiva, pero así ha sido o así hay que interpretarlo. Apenas unas horas después de conocer la noticia de que Cuenca será la capital española de la gastronomía para el año próximo, va el jurado de los Michelines y decide suprimir la única estrella que hasta ahora tiene un restaurante conquense, el que regenta el chef Jesús Segura en Trivio. Más aún, para aumentar la ignominia, Cuenca es la única provincia de Castilla-La Mancha que no tiene ni un solo restaurante incluido en el famoso repertorio de las estrellas gastronómicas. Los entendidos explican que la apertura de las Casas Colgadas está tan reciente que el jurado no ha tenido tiempo de calibrar la calidad o la importancia de este nuevo espacio de comidas. Argumento correcto, si se quiere ver así, pero ¿por qué han eliminado la estrella de Trivio? Conclusión: que nos hemos quedado compuestos y sin reconocimiento culinario que llevarnos a la publicidad de la capital gastronómica de España.

miércoles, 23 de noviembre de 2022

EL ADIÓS A MANOLO MOSET

 

Hay personas que, además de su propia valía individual, como seres humanos, actúan de tal modo que parecen formar parte del paisaje urbano en el que viven o desarrollan sus tareas. Es el caso de Manuel Martínez Moset, Manolo para todos los vecinos del casco antiguo, que acaba de fallecer de manera tan inesperada como abrupta, en plena Plaza Mayor, cuando se disponía a cumplir una de sus misiones cotidianas, la de decir misa en el convento de las Petras. Y precisamente ese era el paisaje urbano del que Manolo Moset formaba parte, en su diario trajín para ir de las Petras a San Felipe y vuelta a hacer el mismo recorrido y en el camino pegar la hebra con cualquier vecino, por ejemplo, conmigo, para intercambiar ideas, opiniones y comentarios. O para contarme cualquier novedad incorporada a la iglesia de San Felipe, a la que me acompañaba con auténtico entusiasmo, para explicar esos detalles, o del arte, o las obras, o los problemas y necesidades. Siempre amable, siempre comunicativo. Ahora se ha muerto, dejando pendiente de contestar un par de cosas que pensaba comentarle en nuestro próximo casual encuentro callejero, ese que ya no tendrá lugar nunca. Qué cosas pasan y qué artera es la muerte, llegando tan callando, tan de improviso.

 

CUIDADO CON LOS CASCOTES… Y LA VALLA

 


La foto de este comentario es de hace más de quince días. Al principio la consideré como un detalle anecdótico, uno más de los muchos que se producen a lo largo de la jornada. Total, el suceso es también normal, no parece ser especialmente novedoso: del alero de este edificio, en la calle de San Juan, cayeron unos cascotes que, afortunadamente, parece que no hicieron daño a nadie. Pero han ido pasando los días, las semanas ya, una tras otra, y la situación permanece inmóvil, con la valla presuntamente protectora, desempeñando el papel de un obstáculo en mitad de la acerca y obligando a quienes van por ella a salir de la línea y rodear el obstáculo. De manera que la noticia no es la caída de cascotes, que ocurrió hace ya mucho tiempo, sino la permanencia indefinida de la valla en cuestión y, por supuesto, sin que se ponga remedio al suceso. Todo normal, en una ciudad que nunca tiene prisa para nada.