Todos los años pasa lo mismo: en cuanto se acercan las fechas propias de Semana Santa, comienza la ebullición en el casco antiguo para ponerlo todo en orden y eso incluye a los establecimientos comerciales, deseosos de adecuarlos y modernizarlos. El caso más llamativo de este año (al menos por ahora) es el del Restaurante Mangana, que ocupa todo un edificio, ahora cubierto por esa llamativa mampara metálica que oculta a la vista lo que se pueda estar haciendo dentro, quizá en las habitaciones que sirven de comedor, quizá en la fachada. Por lo pronto, misterio. Esperemos a que termine la faena para conocer qué pasado con este vetusto establecimiento, sin duda uno de los más activos de la Plaza Mayor.
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