Les ha costado tiempo hacer algo que casi todas las empresas, incluyendo entidades financieras, llevan a cabo con notable eficacia y rapidez: cambiar las señas de identidad, o sea, letreros y logotipos, cuando una nueva sustituye a la anterior. Pues en contra de esa sólida costumbre, Unicaja Banco ha tardado nada menos que tres años en emprender ese proceso de sustitución de emblemas. Lo habían hecho ya en alguna sucursal perdida por ahí, pero no había llegado a un punto que tiene un evidente carácter emblemático, aunque ya carezca de cualquier importancia desde el punto de vista económico: la antigua sede central de la Caja de Ahorros de Cuenca y Ciudad, luego de Caja Castilla-La Mancha, frente al parque de San Julián en Cuenca, donde hasta este mismo momento perviven los nombres y símbolos del antiguo Liberbank. Hasta ahora, que ha empezado la sustitución, como demuestran los laboriosos trabajadores que, andamio en mano, están llevando a cabo la operación. Buen momento para recordar que fue el 30 julio de 2011 cuando se consumó el proceso de absorción de Liberbank por Unicaja Banco, con lo que desaparecía manera definitiva la última señal que aún sobrevivía, levemente, de la antigua Caja de Castilla-La Mancha y la más antigua todavía de Caja Provincial de Ahorros de Cuenca y Ciudad Real. Liberbank se constituyó en Madrid en 2011 asumiendo las anteriores Cajas de Ahorro de Asturias, Extremadura, Cantabria y Castilla-La Mancha. A 30 de junio de 2021, los activos de Liberbank eran de 46.654 millones de euros siendo, por tanto, la undécima entidad financiera española por volumen de activos. Esa misma fecha, contaba con 575 oficinas y 3.736 empleados, después de haber desarrollado un brutal proceso de cancelación y liquidación de unas y otros, proceso que, según perversa costumbre empresarial, continuó el nuevo banco convertido bonitamente en la primera entidad financiera de Cuenca.