Cualquiera diría que esta es una escena cotidiana, situada en alguno de nuestros pueblos más entrañables, cuando al caer la tarde y el sol afloja los calores del día, los vecinos salen a las puertas de sus casas, con sus sillas domésticas, para pasar un agradable rato de tertulia. Es una escena que se viene (¿o venía?) conociendo en la provincia de Cuenca desde tiempo inmemorial, pero esta que recoge la foto tiene truco. Podríamos estar jugando un rato a las adivinanzas, a ver quién localiza esa calle y en qué lugar habitado se encuentra, por no voy a marear la perdiz más de lo necesario, de manera que vamos directamente al grano: esa es la calle de San Pedro de Cuenca, sí, esa calle que ahora está constantemente ocupada por coches y autobuses que suben y bajan, provocando atascos seguidos, mientras los peatones se arriman a los edificios con la confianza de que ninguno de esos vehículos se los lleve por delante o los aplaste contra la pared más próxima. Hubo un tiempo feliz, de los que se añoran, en que los vecinos podían salir a la calle a pasar el rato y charlar amistosamente, mientras docenas de coches aparcan como pueden en la acera. La foto es de Pinós y lleva la fecha de agosto de 1980. Total, 45 años de nada.
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