jueves, 17 de abril de 2025

LO DE SAN MIGUEL, UN MISTERIO

 


Uno de las muchas cosas misteriosas que ocurren en esta ciudad cada vez más incomprensible tiene que ver con la iglesia de San Miguel. Ya se que alguien me dirá que hay misterios mayores, como por ejemplo, la incapacidad de tomar una decisión sobre el ruinoso mercado de abastos, o sobre el cochambroso edificio de Sindicatos o la impotencia ante la obligación de declarar una zona de bajas emisiones, por no aludir al verdaderamente misterioso asunto de la reordenación del centro urbano de Cuenca y por este camino, tirando la ristra de chorizos, aún podríamos seguir enhebrando temas, pero a mí, estos días de conciertos de música religiosa, lo que verdaderamente me tiene estupefacto es el cierre total de la iglesia de San Miguel para acoger más de uno de los conciertos del programa. Estamos asistiendo a propuestas en sitios encantadores, deliciosos, como el Espacio Torner o la Fundación Antonio Pérez, que tienen la utilidad que tienen, y es mucha, pero que no son salas de conciertos. No hay buena acústica, no hay comodidad para los espectadores que, encima, son pocos, porque la capacidad de estos espacios no es suficiente para poder atender la demanda. Y mientras, la iglesia de San Miguel cerrada a cal y canto. Durante los últimos años nos entretuvieron con la matraca de que había problemas de humedades y se iban a corregir, pero esa obra ya se ha hecho y la iglesia está en magníficas condiciones de uso. ¿Qué pasa en esta ciudad que se permite el lujo de mantener cerradas las puertas de un espacio envidiable? Misterio, aquí todos son misterios. Como consuelo para lectores y espectadores, inserto una fotografía de un concierto del año 2016, tan lejano ya.

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