MÁS PRUDENCIA, POR FAVOR

 

Cada día nos obsequian los informativos con alguna nueva noticia sobre ahogados en cualquier punto del país, incluso en las playas más concurridas y aparentemente más pacíficas. Desde luego, se trata de un fenómeno curioso y sorprendente. Saber nadar es algo que, desde mi punto de vista, hace ya una inmensa cantidad de gente sobre todo los de edades jóvenes. Además, también se han extendido ampliamente las medidas de protección en casi todas las playas marítimas, al menos. Por eso llama la atención que tantas personas puedan haber perdido la vida este verano y eso sin necesidad de que ser víctimas de grandes tormentas o aparatosos naufragios. Dicho esto así, en plan general, podemos descender a lo particular, porque otra cosa es el riesgo que se asume en las playas no reguladas del interior y eso nos toca, porque la provincia de Cuenca es muy generosa en espacios para el baño tanto en ríos como en lagunas y embalses y, si mis noticias no se equivocan, ni una sola de ellas está regulada. Tomemos un ejemplo muy popular, el embalse de la Toba, al que estas últimas semanas he ido varias veces y por tanto he podido comprobar la certeza de lo que digo. Docenas de personas encuentran en ese lugar un espacio apropiado para el descanso, el baño, el remo o la merienda. Sobre todo son numerosos los bañistas, pero en el embalse no existe ni una sola medida de protección ni tampoco ningún servicio por lo que allí todo el mundo se las apaña como puede, pero yendo a lo que me ocupa en este comentario, en una situación de emergencia por ahogamiento no hay nadie, un socorrista, al que acudir. El Ayuntamiento más cercano es el Uña, pero el propietario del terreno es el de Cuenca. Ambos de lavan las manos y que cada cual se las arregle como pueda. Bien está cualquier discurso sobre la libertad de elección y actuación de los seres humanos, pero en estos tiempos en que todo el mundo llama a la prudencia, debería hacerse algo para que estos parajes naturales tan demandados estuvieran bien atendidos. Incluso se podría poner un merendero, con servicio higiénico incluido, para poder hacer las necesidades naturales y no en medio de cualquier sitio.