sábado, 20 de agosto de 2022

UN PENOSO ESPECTÁCULO

 

Está bien que la ciudad se limpie lo más frecuentemente posible, combatiendo la crónica tendencia de los seres humanos a repartir suciedad a diestro y siniestro. Está bien que la empresa concesionaria de la recogida de basuras lo haga de la manera más correcta posible, sabiendo que nunca se podrá alcanzar la perfección, tal es la cantidad ingente de desperdicios que los humanos generamos en nuestras viviendas y locales comerciales, lo que se traduce en una casi permanente acumulación de bolsas de basura y objetos varios en torno de los contenedores, cada vez más y de más colores, repartidos por las calles. Todo lo que se hace y se pueda hacer está bien. Pero además haría falta, por parte de esa misma empresa concesionaria del servicio (y del Ayuntamiento, último responsable del tinglado) que los contenedores ofrecieran un aspecto si no impoluto por lo menos presentable, limpios y enteros. Ese de la foto, situado en la zona céntrica de la ciudad, al lado de la subdelegación del gobierno, en el fragmento de calle que hay entre las de Hermanos Valdés y Juan Correcher es un penoso ejemplo de descuido y suciedad. La ciudad no se merece ofrecer semejante espectáculo, tan deprimente. Debería ser sustituido a toda velocidad, sin trámites ni dilaciones.

 

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