Los nostálgicos, que siempre los hay para todo, suelen aparecer de vez en cuando en las redes sociales para añorar los tiempos en que los coches invadían Carretería o se podía aparcar en la Plaza Mayor. Algunos pensamos que lo mejor que puede ocurrir a una ciudad civilizada es que los coches estén lo más lejos posible de las calles y que ahora es un hermoso espectáculo contemplar Carretería libre de esos objetos y, a cambio, invadida por paseantes y terrazas, pero como digo, hay quienes piensan lo contrario. Mejor suerte tiene los que añoran ver la Plaza Mayor llena de vehículos aparcados, porque a pesar de que tal cosa, teóricamente, no es posible, la realidad va por otro camino y ese querido recinto urbano, ciertamente complicado de mantener, se ve sometido casi de manera constante a la presión de quienes lo usan como garaje. Y si no, a la vista ofrezco la muestra, tomada una de estas mañanas agosteñas.
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