El pasado día 21 se celebró en todo el mundo El
Día Mundial de la Poesía, una celebración impulsada en 1998 por la UNESCO y que
desde entonces se viene llevando a cabo, con singular aceptación, en la mayoría
de las ciudades del mundo. Siempre hay excepciones, como es natural, y a Cuenca
le va bien, muy bien, eso de ir al contrario que el resto del mundo. Por
ejemplo, en Europa se potencia el uso del tren convencional y el transporte de
mercancías por vías férreas y aquí se suprime de un plumazo, porque lo digo y
lo mando, de acuerdo con la costumbre que por aquí tienen los gobernantes. Pues
en esto de la poesía ha debido ocurrir algo parecido, porque habiendo, como los
hay, poetas a centenares, nadie ha tenido la idea de celebrar una reunión, un
recital, un encuentro, qué se yo, cualquier cosa que nos ayude a enhebrar unos
cuantos versos con los que poder superar la calima, la guerra, el frío, el aislamiento,
el cabreo, la marginación y todo lo que sea necesario. Como no ha habido
ocasión por aquí, para ilustrar este breve comentario recurro a una foto de la
celebración en Alicante, donde Manuel Rico (un viejo amigo de Cuenca) y José
Luis Ferris se unieron para, en torno a la figura de Miguel Hernández, hablar
de una cosa tan inocente como la Poesía.
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