jueves, 24 de febrero de 2022

ALGO MUY SERIO ECHAMOS EN FALTA

 


Es, más o menos, como estar en la calle y sentirte desnudo. O que te falta algo, porque cuando va por Carretería, en un sentido o en otro, de manera instantánea, como un automatismo, la mirada se va en busca de los relojes de Notario. En la mayoría de los casos a nadie le preocupa saber la hora que es, porque más o menos la sabe, pero hay un movimiento reflejo de los ojos, un sentimiento que nos asalta, y sin querer hacerlo, sin pensar en hacerlo, sólo porque sí, levantamos la mirada para mirar esos relojes. Y como ahora no están, hay como un pesar colectivo: nos falta algo. Esa calle, la principal de la ciudad, parece que no es la misma de siempre, como si una ausencia tan pequeña, tan limitada, hubiera cambiado por completo su carácter. Y no vale decir que nos queda el recurso de mirar el móvil o el reloj de la muñeca. No, no es eso. Lo que queremos es mirar el reloj de Notario para tener la conciencia de que seguimos vivos, de que realmente estamos en esta ciudad y todo en ella sigue siendo como debe ser, como lo ha sido en casi ya un siglo de presencia. Nos falta algo importante, cotidiano. Que lo arreglen ya. Pero que ese reloj vuelva a estar donde debe, para que podamos encontrarlo en su sitio cuando la mirada gire espontáneamente en su busca.

 

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