Es muy fácil inventar
cosas, novedades, costumbres. Se pueden inventar, por ejemplo, sistemas de
comunicación que se dice ahora, carteles que se ha dicho siempre. El problema,
cuando alguien tiene una idea de estas, es que luego hay que mantenerlas en activo,
al día, sustituirlas cuando pierden vigencia, poner en su lugar otras nuevas.
Pero eso requiere mucho cuidado y atención, hace falta una persona, o un
departamento que esté pendiente de cuándo el anuncio en cuestión pierde
vigencia y hay que sustituirlo por otro más actual. Y si no lo hay para el
recambio, por lo menos es conveniente retirar el antiguo, para no hacer el
ridículo. Que es lo que pasa con el cartelón situado en la verja de entrada de
la Diputación que a estas alturas, terminándose el año, sigue anunciando el
calendario de actividades de la Feria del Libro, olvidada ya. Pues, hombre, lo
dicho: es hora de quitarlo y, si acaso, guardarlo para el año que viene.
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