En la última sesión celebrada por la Real Academia Conquense de Artes y Letras se presentó un informe, muy bien elaborado, por cierto, sobre la situación calamitosa en que se encuentra el mobiliario urbano en el casco antiguo de Cuenca junto con otras observaciones sobre el progresivo deterioro de ese lugar cosa que, dicho sea de paso, no parece importar, ni poco ni mucho, a la autoridad municipal del momento. Entre las cosas que se plantean en ese informe figura en lugar destacado el extraordinario abuso, de norma y de confianza, que vienen aplicando los bares con terraza instalada en la Plaza Mayor. Ya en época de normalidad ocupaban la mayor parte del espacio disponible, dejando apenas unos breves pasadizos para el tránsito de las personas, pero con el pretexto de la pandemia, mesas y sillas se han multiplicado de tal manera que ya prácticamente todo el sitio es suyo, sin que nadie manifieste la menor intención de reducir la invasión y volver al estado original, una vez que ya se puede usar el interior de los locales, incluidas las barras. Para los bares y restaurantes de la Plaza esta debe ser tierra conquistada y a ver quien es el guapo que los desaloja. El Ayuntamiento, desde luego, no y eso que los concejales están ahí mismo y lo ven todo sin necesidad de que nadie lo explique. Pero es mejor mirar hacia otro lado. Al menos, mientras no haya una revolución o un levantamiento popular y eso no parece muy probable en esta apabullada ciudad
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