Se ha muerto Pedro Notario, poniendo
fin a una primera vida de trabajo y a una segunda de voluntario retiro. En esta hora amarga puede ser un buen detalle traer aquí a relucir al histórico reloj
que desde el año 1935 cuelga de la fachada de su establecimiento. Hace unos
años, por este vicio tan asentado en Cuenca de derribar todo lo que sea
posible, también llegó la hora a este inmueble, sustituido por otro de nueva
planta, pero se mantuvo el reloj, ese símbolo indeleble de Carretería, al que
todos miramos cuando pasamos por una calle que sigue siendo entrañable, a pesar
de los estropicios que se han cometido con ella. Pedro Notario contaba así el
origen del histórico reloj.:
“Mi padre abrió la relojería y lo
primero que colocó fue una farola con un reloj en lo que podía ser el borde de
la acera, porque Carretería entonces no estaba asfaltada y era un barrizal.
Cuando dos o tres veces algún camión chocó con la columna y derribó el reloj,
el herrero le aconsejó a mi padre poner los dos relojes colgados de la fachada.
Con la nueva fachada, la maquinaria y la esfera de los relojes son las mismas,
pero cambiamos el soporte”
En
recuerdo de Pedro Notario y del tiempo ido traigo aquí la fachada antigua de la
finca y del establecimiento.
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