domingo, 3 de enero de 2021

LA CONDECORADA ARTISTA PAZ MURO

 


            Terminaba el año 2020 (era el 29 de diciembre), cuando se hizo público que el gobierno había concedido la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes a 32 personalidades del mundo de la cultura. Los medios informativos, como es natural y suelen hacer, en virtud de una perniciosa costumbre, se apresuraron a destacar los nombres más mediáticos por no decir populacheros, como la cantante Rosario Flores o el cocinero Quique Dacosta, y también otros cuya categoría artística es evidente, junto con una fama popular, como Antonio Resines, Carlos Hipólito, Montxo Armendáriz, Álex de la Iglesia, Adriana Oozores, Emma Suárez, Sara Baras, Antonio Canales, Manolo García, el director de orquesta Gustavo Dudamel, la soprano María Bayo o el filósofo Emilio Lledó, sin que faltara, como estrambote final, la Real Maestranza de Caballería.

            Ningún medio informativo nacional tuvo la osadía de destacar entre ese repertorio de nombres ilustres uno que en la referencia oficial aparece discretamente envuelto por otros de más lustre y relumbrón, pero ahí está: Paz Muro, dice la nota ministerial, “es una artista multidisciplinar, pionera de la performance en nuestro país. Su obra destaca por cuestionar, en general, el rol de la mujer en la sociedad contemporánea y, en particular, el papel subalterno que ha tenido en la historia del arte. Artista de artistas, su trabajo es inclasificable y se ha desarrollado principalmente al margen de la institución, a la que interpela de forma irónica y sutil. Su larga trayectoria ha sido reconocida en los últimos años, como prueba su inclusión en muestras como Mínima Resistencia, que tuvo lugar en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (2013-2014), y Genealogías Feministas del Arte Español 1960-2010, organizada por el MUSAC de León (2012-2013)”. Pionera en España del arte conceptual, es una artista solitaria, nada amiga de los floripondios y de la que existen escasísimas imágenes personales.

            Paz Muro nació en Cuenca en un momento concreto que ella siempre ha ocultado, pero que se sitúa en la década de los años 30, o sea, que se encuentra cerca de los 90 años o quizá los ha cumplido ya. De su nombre no hay rastro alguno en los periódicos conquenses de ese largo periodo, entre otros motivos porque ella tampoco ha hecho nada especial para poner de manifiesto su posible conquensismo. Y así, entre el desinterés de unos y de otros, hay que llegar a este final de año para que, de golpe y porrazo, nos enteremos de que una paisana se ha hecho acreedora a la Medalla de Oro a las Bellas Artes porque es una de las principales artistas de nuestra época. Toma ya.

 

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