Hace unos días, de manera inesperada, Iñaki Gabilondo anunció desde su espacio diario de comentarios de actualidad, en la Ser, que lo dejaba, se retiraba, cansado y, peor que eso, desesperanzado ante la situación política de este país y convencido de la inutilidad de sus palabras, dirigidas –eso lo digo yo- a una ciudadanía culta, responsable, que respeta la opiniones de unos y otros, sin dejarse llevar por la destemplanza, la burla o el insulto, que es lo que, justamente, está sucediendo.
Gabilondo
ha explicitado sus sentimientos en la entrevista con Luz Sánchez-Mellado en la
última página dominical de El País. “Me cuesta muchísimo opinar”, dice en el
titular. Y lo explica con más detalle dentro, en el texto: “Las palabras no
sirven para el entendimiento, sino la confrontación estéril” y por ello ha
acumulado cansancio, convencido de la inutilidad de palabras que llaman a la
comprensión y la cordura. Es absurdo estar metido en el follón de la dialéctica
insultante, irrazonable, en la que no se atiende ni oye lo que dice el otro, en
la que cada cual repite incansablemente el latiguillo que se ha aprendido.
“Hasta aquí hemos llegado, porque mis palabras me fatigan. Estoy cansado de que
no sirvan”.
A esa
misma conclusión algunos ya habíamos llegado. Durante más de cuarenta años
estuve expresando mis opiniones, en este caso sobre Cuenca, con artículos
diarios. Ya no opino, no solo las palabras que escribía habían dejado de tener
utilidad, sino que suscitaban una reacción visceral, la de quienes viven de
proclamar lo políticamente correcto como inmutable verdad absoluta, de la que
no se puede discrepar en manera alguna. Eso sí, mientras proclaman el derecho a
la libertad de expresión. Siempre que esa expresión esté de acuerdo con ellos y
les sirvan de aplauso. La conclusión está a la vista: la opinión ha
desaparecido de los medios informativos de Cuenca. De todos, sin excepción.
Ante tales perspectivas, solo cabe la retirada a los cuarteles de invierno. [La foto es de El País]
De acuerdo en todo menos en la conclusión final. La opinión no ha desaparecido de los medios informativos de Cuenca. Afortunadamente. Véase, si no, Álbum de Cuenca.
ResponderEliminar