sábado, 4 de octubre de 2025

LOS AUTOBUSES, PROBLEMA ETERNO Y SIN SOLUCIÓN

 


El tropezón que ha tenido el Ayuntamiento de Cuenca es de los de órdago y no te menees, hasta dar lugar al hecho insólito de que, por primera vez que se sepa y se recuerde, la institución ha tenido la necesidad de marcha atrás y corregir lo que estaba haciendo -un auténtico disparate- para volver a dejar las cosas como estaban antes de tan infeliz idea. Hablo, naturalmente, de las líneas de autobuses, reinventadas con tan mala fortuna que el sistema provocó el rechazo generalizado y tan colectivo que no se pudo utilizar el habitual pretexto de echarle las culpas al contrario en política, porque en este asunto hubo coincidencia generalizada de todos los colores. De todos modos, el problema de los autobuses en Cuenca no tendrá solución mientras que un Ayuntamiento valiente y decidido tome el toro por los cuernos y afronte el asunto de un modo global, sin miedo a los cambios y sin estar más preocupado de la cuenta por el dinero que hay que invertir, porque la raíz de todo está en lo mismo, en el deseo de ahorrar a toda costa sin pensar en que, al final, lo barato suele salir caro. Por lo pronto, las cosas funcionan solo moderadamente bien. Son constantes los retrasos, servicios que pierden turno y sobre todo el norme lapso de tiempo que hay entre un autobús y otro en algunas líneas. Contando con inconvenientes como el que se plantea por las obras en la calle de San Pedro, que impide un tráfico normal, pero son cosas con las que hay que contar. Algo que contradice las necesidades de una ciudad moderna, que necesita más vehículos, más conductores, más líneas razonablemente estudiadas. En fin, un asunto pendiente por si alguna vez alguien se lo quiere tomar en serio. Mientras, iremos de chapuza en chapuza. Y la gente, el público, nosotros, cada vez más disgustados.


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