lunes, 25 de noviembre de 2024

ESPERANDO EL PRIMER CAFÉ

 


Primera hora de la mañana de un día cualquiera en este otoñal noviembre que ya va avanzando. La Plaza Mayor está todavía prácticamente vacía, con apenas un par de paseantes desganados que van de acá para allá, como saboreando la tranquilidad que ahora se respira, antes de que empiecen a aparecer los turistas y lo inunden todo. En este ambiente, las terrazas de los bares simbolizan ese vacío. Antiguamente (o sea, hace dos o tres años o, mejor: antes del covid) los bares, en todas partes y especialmente en Cuenca, recogían mesas y sillas en cuanto aparecía el primer halo de frescor y las terrazas desaparecían hasta que volvía el buen tiempo, con suerte en primavera y si no en pleno verano. Pero eso ha pasado a la historia. Ahora, las terrazas sobreviven todo el año y nadie se preocupa ya de retirar los elementos y guardarlos hasta la próxima ocasión. Tan seguros están, que ni se preocupan de amarrarlos con cadenas para salvarlos de los depredadores nocturnos. La ciudad empieza a vivir. Las terrazas esperan que en poco tiempo, apenas unos minutos, lleguen los primeros usuarios, en busca del primer café.

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