Controlar la nomenclatura
del callejero urbano parece cosa sencilla, puesto que existe un listado en el
que se recogen los nombres de las calles, así como la fecha del acuerdo en que
se impuso tal denominación. Esto, que es aparentemente sencillo, ofrece algunas
sorpresas cuando alguien, no está claro si un político en ejercicio o un
funcionario novato, incluye por su cuenta una modificación, de manera que hoy
nos enteramos, según nota oficial difundida por el consistorio, que el Ayuntamiento
de Cuenca continúa ejecutando el Plan de Mantenimiento Urbano, que está
permitiendo reasfaltar calles ubicadas en distintos puntos de la ciudad y por
ello se ha actuado en la calle Camino Viveros, vía de salida del Parque Municipal
de Bomberos y de acceso al Recinto Ferial. Que yo sepa, en Cuenca no existe
ninguna calle denominada Camino Viveros; en todo caso, si la hubiera, se
llamaría Camino del Vivero, pero no ocurre tal cosa. Por la explicación que da
la nota oficial deduzco que alguien ha decidido dar ese nombre al que realmente
se llama Camino de la Resinera, que pasa en efecto por delante del parque de
bomberos, hacia la izquierda queda el templo de la Iglesia de Filadelfia, algo más allá enfrente hay ahora instalado un circo, sigue hacia el Bosque de Acero, bordea Aldeas Infantiles y finalmente
se une al Camino del Terminillo para salir junto a la Ronda Oeste, frente al
nuevo camino del futuro Hospital. Esa es la realidad de los hechos, desde mi
punto de vista. Claro que para rematar la faena, todos los medios informativos,
sin excepción, reproducen la nota tal cual y ninguno de ellos se ha permitido
la observación puntual de que en Cuenca no existe ningún Camino Viveros. O sea,
que llueve sobre mojado.
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