martes, 30 de abril de 2024

UN CURIOSO MOSAICO CALLEJERO

 


Pasear por las calles del casco antiguo de Cuenca ofrece la oportunidad de contemplar el curioso espectáculo que las nuevas técnicas urbanísticas aportan al pavimento con variados elementos decorativos. A los tradicionales (y discretos) registros antiguos del alcantarillado y el agua, se han ido uniendo todas las invenciones que el ser humano ha ido aportando para mejorar nuestros medios de vida, y así la electricidad, las redes telefónicas, una tras otra, el gas, la fibra y cualquiera sabe cuántas cosas más van quedando enterradas (soterradas, dicen los modernos, siempre empeñados en modificar el lenguaje) y, eso sí, cada uno a lo suyo. Porque cuando empezó todo esto, el entonces voluntarioso alcalde de la ciudad anunció, con tono firme, que se haría una conducción interior única y en ella se irían empotrando todos los cables y demás artilugios propios de la civilización y el progreso. Como corresponde a todas las promesas oficiales de los políticos, el destino es que no se cumplan y así damos lugar a este espectáculo que es especialmente significativo en las calles Pilares y Colmillo donde, al paso que vamos, no quedará hueco alguno para los guijarros y adoquines.

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