EL MARCO PÉREZ MÁS HUMANO

 

Luis Marco Pérez: entre lo humano y lo divino es el título de la exposición que  puede verse en la Sala Princesa Zaida estos días previos a la Semana Santa y quien haya tenido tan buena idea merece todo tipo de plácemes y felicitaciones porque nos devuelve al terreno de lo profano a uno de los más importantes escultores españoles contemporáneos, con frecuencia secuestrado, al menos en Cuenca, por su otra dimensión, ciertamente importante, la de imaginero de pasos procesionales, actividad en la que fue un auténtico maestro como es fácil comprobar asistiendo a los desfiles que dentro de unos pocos días tendrán lugar por las calles de esta ciudad. Pero ese otro Marco Pérez no forma parte del repertorio expuesto en esta sala, cubierta toda ella de figuras, escultóricas y dibujadas, que nos transmiten en toda su hondura y profundidad el arte creativo de un artista cuya mirada quedó atrapada por la figura humana, que estudió y analizó con el detallismo propio de un forense para captar nervios, huesos y músculos en reposo y en movimiento, dando así forma a un impresionante catálogo de cuerpos humanos entre los que destacan su apasionantes desnudos femeninos, que nos transmiten un ámbito de belleza y sensualidad. Este es el Marco Pérez que se puede ver estos días en la espléndida sala de la calle Princesa Zaida y que nos hace lamentarnos, una vez más, por la apatía e indiferencia de los poderes públicos de esta ciudad, con especial referencia al Ayuntamiento de Cuenca, incapaces de poner en marcha el Museo de Artes Plásticas que vienen prometiendo desde hace un siglo. Ahora, por lo menos, tenemos a la vista, durante unos días, un emotivo e ilustrativo consuelo.