Estos días pasados se
ha hablado mucho, sobre todo en las televisiones, del triste cumpleaños (50 ya)
del día en que murió Nino Bravo, uno de los cantantes españoles de mayor
proyección artística, cuya potente y bien timbrada voz continúa siendo un punto
de referencia esencial en el ámbito de la canción en este país. Se ha hablado
mucho, pero quizá poco del lugar en que ocurrió el tremendo accidente y de lo
que en ese punto hay para recordar su memoria. Lo contaré aquí, tal como lo
vivimos los periodistas aquel día.
Km. 95 de la N-III.
Lunes santo, 16 de abril de 1973, 10,30 de la mañana. Nino Bravo, su
guitarrista Pepe Huesa y el Dúo Humo (Fernando Romero y Miguel Ciaurriz) salen
de Valencia poco antes de las ocho de la mañana con destino a Madrid. El
propósito del cantante era apoyar a sus jóvenes compañeros que viajaban a la
capital para grabar su primer disco y también realizar algunas gestiones
propias en su casa discográfica, Polydor-Fonogram. El viaje lo hacen en un BMW
nuevo, modelo 2800, matrícula GC 66192 casi recién comprado. Lo conduce Nino
Bravo. Salen de Madrid a las 7,30 de la mañana. Lo último que hace Nino Bravo
es dar un beso a su hija María Amparo, dormidita en su cama. Hacia las 9,15 de
la mañana hicieron un alto en Motilla del Palancar para repostar gasolina y
desayunar en el hotel del Sol; Nino Bravo se comió un pepito de ternera. Luego
siguieron camino. No había pasado todavía una hora cuando en una zona de
curvas, en el término municipal de Villarrubio, el coche se salió de la
carretera y dio varias vueltas de campana. Aunque la curva es cerrada, no es
especialmente peligrosa. Los dos jóvenes músicos que iban en el asiento de
atrás resultaron ilesos y salieron del coche fácilmente por su pie. El
copiloto, Pepe Huesa, quedó atrapado y tuvo que ser rescatado trabajosamente
por otros conductores que inmediatamente se detuvieron al lado del vehículo
accidentado. La peor suerte le correspondió a Nino Bravo, mortalmente herido.
En coches particulares fueron todos trasladados a Tarancón para recibir los
primeros auxilios en el hospital de Santa Emilia, donde no había especialistas
ni material adecuado para poder atender al artista, cuyo estado de gravedad era
evidente por lo que se decidió trasladarlo a Madrid en ambulancia, pero
falleció cuando faltaban pocos kilómetros para llegar, ingresando ya muerto en
el hospital Francisco Franco, el actual Gregorio Marañón. Murió hacia las 12
del mediodía, en brazos de su compañero Fernando. En el lugar del accidente, en
Villarrubio, un pequeño monumento ajardinado en torno a una cruz recuerda el
punto en que Nino Bravo perdió la vida. En el pedestal, tres escudos, los de
Villarrubio, Valencia y Aielo de Malferit, su lugar natal.
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