domingo, 12 de febrero de 2023

UNA GALERÍA DE ARTE EN EL CASCO ANTIGUO

 


Llegó un buen día en que la ciudad de Cuenca se vio inmersa en un boom artístico, algo impensable hasta entonces en la arisca y arriscada urbe, pero sucedió. El milagro se produjo gracias a una pequeña tropa de visionarios, encabezada por un forastero, Fernando Zóbel, que encontró aquí el soporte justo para desarrollar su sueño, el de abrir públicamente su colección personal de Arte Abstracto español. Eso fue importante, claro que sí, pero a su amparo surgieron otras iniciativas, más pequeñitas, pero igualmente valiosas, en forma de galerías artísticas en las que se ofrecían igualmente obras de muchos autores para que cada cual pudiera ir formando su propia colección de arte. Son nombres ya legendarios, la Sala Honda, la Galería Jamete, El Mirador, La Escalera, Moaxaca, Galería Granero, a lo que se unieron iniciativas semipúblicas, amparadas en empresas económicas, como las tres salas que llegó a tener la Caja de Ahorros de Cuenca o la de la Caja Postal. Todo aquello se evaporó como hace el azucarillo en una taza de café y al esplendor variado de un tiempo sucedió el vacío del actual. Pero eso se ve ahora modificado porque en el corazón del casco antiguo, en el arranque de la calle Alfonso VIII, a dos pasos de la Plaza Mayor, acaba de abrir una nueva galería de pintura, que mantiene el mismo título, Casa Zóbel, que su hermana mayor, la que se abrió hace unos meses en la calle de los Tintes. La iniciativa es de Diego Forriol, que le pone ganas y entusiasmo a la cosa, convencido de que puede funcionar y de que, realmente, en contra de lo que algunos piensan, hay un mercado interesado en adquirir estas obras y reanudar así la vieja y aparentemente olvidada costumbre de invertir en arte. Que le vaya muy bien es mi mejor deseo.

(Más comentarios sobre Cuenca en albumdecuenca.blogspot.com)

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