Como diría Napoleón, desde esas ramas cuatrocientos años
nos contemplan y parecen tener fuerza suficiente para resistir unos cuantos más,
a pesar de que su tronco está parcialmente hueco. Este roble centenario
(quercus faginea), que los naturales del lugar llaman el Dios de Pajares, se
encuentra en la carretera que va desde Torrecilla a Arcos de la Sierra, en el
corazón del Campichuelo, unos 500 metros antes de llegar a Pajares. Tiene una
altura de 18 metros y un diámetro, en la copa, de otros 15 metros, por lo que
es casi igual de alto que de ancho. Es, ciertamente, un ejemplar único y
magnífico. Los robledales son muy escasos en la Serranía de Cuenca, a pesar de
que figura acompañado de leyendas mágicas que nos trasladan a una época muy
lejana. Cuentan que era el árbol sagrado de los celtíberos, pero los romanos y
quienes vinieron detrás no les tenían simpatías. Pero aquí está este dios
arbóreo, resistiendo el paso del tiempo, con su espléndida figura.
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