Un poco antes de
llegar a Fuentelespino de Moya, tomando un camino que sale a la izquierda, se
alcanza pronto una extraña construcción de textura pétrea, llamada Torre de Ben
Gomar, que parece ser resto de un torreón de origen árabe reutilizado en época
cristiana, pero de difícil interpretación. Se trata de una pequeña
construcción, ahora aislada en mitad del campo, pero que quizá estuvo vinculada
a alguna otra de mayor entidad, levantada con fines protectores. Tiene planta
cuadrada, de cierta amplitud, con unos cinco metros de altura, a la que se
añadió una cubierta de teja que sustituyó a la original; en las paredes se
abren varias aspilleras. Durante mucho tiempo se utilizó como almacén de aperos
agrícolas pero en la actualidad no tiene ninguna utilización. El nombre de Ben Gomar abre serias dificultades de
interpretación; en principio, parece lógico atribuirlo a algún personaje
musulmán pero las dudas surgen al saber que el cercano Campillos Paravientos se
llamó en
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