
En
lo alto del cerro que domina el pueblo de Albaladejo del Cuende se mantienen
desafiantes aún, contra los vientos y las mareas de los tiempos, los últimos
restos de la que fue primitiva iglesia parroquial dedicada a la Asunción de la Virgen. Era un
edificio de tres naves, con bóvedas de cañón y empezó a deteriorarse en 1755;
se intentaron obras de reforma, pero un siglo después ya se daban por
imposibles. Hoy quedan en pie parte de los muros y la torre, que ha sido reconstruida,
junto con varias lápidas del siglo XVII. Pueden apreciarse parcialmente las dos
portadas, una orientada al N con un arco adintelado y entablamento y otra al S,
de sillería, formada por un arco de medio punto moldurado, enmarcado entre
pequeñas pilastras. No parece haber sobrevivido nada del retablo que en 1598
tallaron y pintaron Juan de Villar y Pedro Muñoz de Aguilar. Durante un tiempo
el culto se trasladó a la ermita de Nuestra Señora de las Nieves, hasta que se
construyó la actual iglesia, inaugurada en 1960 y que no tiene ningún interés
arquitectónico, si bien conserva algunos elementos valiosos procedentes de la
antigua iglesia, como un cáliz del siglo XVII, una talla de la Virgen de las Nieves y varias
piezas de orfebrería renacentista. Mientras, en lo alto del cerro, la antigua
iglesia se desmorona cada día un poco más.
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