El primer periódico conocido
como editado en Cuenca es La Voz de Cuenca, pero si le aplicamos principios
ortodoxos en cuanto al carácter, los contenidos, la presentación, la
periodicidad y otros similares, surgirían muchas dudas sobre que a esta
publicación se le pudiera aplicar seriamente la condición de “periódico”.
Apareció durante la Guerra de la Independencia y este dato explica por sí sólo cual era la pretensión de este papel impreso: ser un elemento de propaganda de lo que estaban haciendo las tropas nacionales, con un sentido primero de intercomunicación entre los diversos grupos que actuaban contra el invasor francés y, por otro lado, ayudar a difundir entre el pueblo las circunstancias de lo que estaba sucediendo, procurando así movilizar el ánimo patriótico, no siempre bien dispuesto, como sucede en guerras que son largas y lleva daños y miserias a la población civil
Se conserva un
solitario ejemplar, el del 8 de agosto de 1811, en la Hemeroteca Municipal de
Madrid. En el frontis figura el dato de número 12, y consta de 8 páginas
numeradas desde la
Este
ejemplar se imprimió en la villa de Iniesta a cargo de la denominada Imprenta
volante de la provincia de Cuenca, denominación que nos permite adivinar, sin
ningún esfuerzo, que no se trataba de una instalación fija sino de un elemento
móvil, que debía ir acompañando al grueso de las fuerzas, adscrita al cuartel
general, de manera que efectuaba su labor en el sitio en que el ejército
estuviera acampado.
La
iniciativa correspondió al comandante político y militar de la provincia, Luis
Alejandro Procopio de Betancourt y Dupire (1769-1827) que para llevar a cabo su
propósito trajo de Valencia, junto con la maquinaria, dos impresores, un
regente y un redactor, Antonio Marqués y como la edición necesitaba
financiarse, dirigió circulares a los párrocos y a los ayuntamientos de todos
los pueblos de la provincia, recomendando la suscripción al recién nacido
periódico; pero más aún, también pidió, por estas vías, colaboración, para que
“estimulando a los hombres de talento y de instrucción de sus pueblos,
trabajasen los discursos y memorias que tuviesen por conveniente sobre los
puntos que les indicó en el plan formado, para ver si era posible que la
provincia de Cuenca adquiriera todo el lustre que merecía”.
Como
se ve, más allá de la utilidad inmediata como órgano de propaganda durante la
guerra, también se esperaba que el modesto periódico pudiera llevar a ser un
vehículo informativo, pero como no hay ningún otro ejemplar disponible, no
sabemos hasta dónde pudo llegar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario