viernes, 25 de septiembre de 2020

UN ARTISTA ENTRE LOS MEJORES

 


            Va para cincuenta años que murió Fernando Zóbel (fue en 1984) y su obra permanece ocupando un lugar de honor en el arte español, a la vez que su recuerdo personal permanece intangible en la memoria de esta ciudad, singularmente en el vecindario del casco antiguo en el que ejerció su bonhomía de forma muy activa y solidaria. Por lo que se refiere a su papel en el balance del arte contemporáneo, hay un termómetro que suele medir la importancia o el valor de una obra y es el que se desarrolla a través de las subastas, pues ahí se mide la permanencia de un artista y su reflejo material, a partir del valor económico que se le asigna. Desde ese punto de vista, Fernando Zóbel está siempre en primera línea; basta comprobar cómo sus cuadros aparecen revalorizados a un nivel muy superior al de otros compañeros de generación. Si un ejemplo suele bastar, podemos recurrir al ejemplar de El País del domingo pasado, donde a doble página en color se anuncia una de esas importantes subastas en el hotel Miguel Ángel, de Madrid. Ahí aparecen, emparejados, Zóbel y Sorolla, dos nombres que por derecho propio se encuentran en los lugares de honor de la pintura española del siglo XX. Por cierto, el cuadro de Zóbel tiene que ver con el Júcar, el río de Cuenca por excelencia, que tantas veces llevó a los lienzos.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario