domingo, 3 de marzo de 2024

CUATRO GOTAS Y GRACIAS

 


Ya ven que no ha sido nada, cuatro gotas insignificantes, unos cuantos copillos de nieve con mínima fuerza para cubrir las laderas del Cerro del Socorro y poco más, pero se agradece, porque uno, como casi todo el mundo, se cansa de esta pertinaz y prolongada sequía, de esta ausencia ya crónica de la nieve que antaño (un antaño todavía muy cercano) era parte indisoluble e insustituible del paisaje de Cuenca en cuanto llegaba el invierno, pero eso ha pasado a la historia y ahora para encontrar el manto nevado hay que irse a Baqueira Beret o, como mucho, esperar una oportunidad de que caiga algo en la Serranía. Pero en Cuenca se ha convertido en un espectáculo tan insólito que hay niños que aún no han llegado a conocerla. Por eso, como digo al comienzo, se agradece esta mínima, pequeña presencia, que al menos durante unas horas ha vestido de blanco los cerros inmediatos a la ciudad.

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