En el paseo
ajardinado por el que se accede al Palacio Provincial hay estos días un
estímulo añadido, que conviene paladear como es debido. En ese espacio, en
apenas unos cuantos metros de recorrido, se resume gráficamente, con una
expresividad abrumadora, un intenso periodo de la vida de Cuenca, el que
corresponde a los años que se conocen habitualmente como los de la Transición
desde la dictadura a la democracia. Esas imágenes, esas fotografías en un
maravilloso blanco y negro, llevan la firma de José Luis Pinós (Hontanaya,
1953), que de manera incansable fotografió todo lo que pasaba en Cuenca, lo
bueno y lo malo, lo anecdótico y festivo como lo dramático. Buena parte de esas
imágenes pasaron a las páginas de Diario de Cuenca, El Banzo y Gaceta
Conquense, pero permanecen vigentes en el valioso archivo que el fotógrafo
conserva y de donde han salido ahora estas pocas, apenas una treintena, que
forman ese espectacular resumen de un periodo intenso que ahora puede revivir
para quienes lo conocieron en directo o informar a quienes han llegado después
y apenas si saben lo que pasó. Album de la memoria, se titula esta
exposición y ciertamente lo es. Conviene verla, para recordar o para aprender,
pero también para disfrutar porque verdaderamente el trabajo de Pinós merece la
pena ser visto y no solo con perspectiva histórica, sino leyendo desde el
presente.
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