viernes, 23 de septiembre de 2022

COMPLICACIONES EN LA CALLE DE LOS TINTES

 


Al Ayuntamiento de Cuenca le crecen los enanos y los problemas y a los que surgen de modo natural, porque así es la vida, se suman los que él mismo genera o busca, como está sucediendo con la disparatada idea de peatonalizar la calle de los Tintes. Que conste que todo lo que sea ganar espacio a los coches en favor de las personas está muy bien, cuando se puede hacer. Y lo de la calle de los Tintes probablemente no se podía hacer, salvo que se eliminen por completo los coches. Como eso no parece posible y los coches siguen existiendo y caminando, por algún sitio tienen que circular, de manera que si se les impide ir por un sitio tienen que buscarse otro, sobre el que recae todo el tráfico que se ha eliminado. Esto es lo que está sucediendo porque ahora todos los coches tienen que ir por la calle Ramón y Cajal, convertida ya en un gigantesco tapón permanente, a lo que se añade las dificultades que se han generado en Tiradores y Pozo de las Nieves, cuya salida natural, mejor dicho, única, tiene que orientarse en esa dirección y ahí se encuentran con unos obstáculos capaces de vencer la paciencia de los más pacientes. Lo que explica la generalizada ola de protestar que se está produciendo.

Lo dicho hasta aquí, sin embargo, tiene un punto oscuro, porque a pesar de la prohibición de circular por la calle de los Tintes, se sigue haciendo, unos por ignorancia y otros porque sí. Naturalmente, la forma efectiva que se aplica en todas las ciudades civilizadas es que la policía local controle la situación, pero eso es algo impensable en la bendita ciudad de Cuenca, donde los policías locales están para lo que están y no para controlar y ordenar lo que pase en las calles y menos aún en el tráfico. De modo que en la calle de los Tintes, como en las demás de la ciudad, cualquiera puede hacer tranquilamente lo que le venga en gana que nadie se lo va a reprender ni sancionar.

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