domingo, 14 de diciembre de 2025

CUANDO HÉCTOR ALTERIO ESTUVO EN EL AUDITORIO DE CUENCA

 


Dice El País, en un titular destacado, que Héctor Alterio era un titán que nunca, hasta que ha muerto, se bajó de los escenarios. En la ya fecunda historia del Teatro-Auditorio de Cuenca, el nombre de Héctor Alterio ocupa un lugar de honor: la suya es la primera firma que aparece recogida en el libro donde figuran los testimonios destacados de quienes actuaron en ese escenario. Fue el 19 de mayo de 1994, apenas un mes después de la inauguración. Ese día pudimos ver una obra memorable, Escorial, de Michel de Ghelderode, en versión de Luis Olmos, con un Héctor Alterio inmenso, en el papel de un rey absolutamente desquiciado, pero con el que el actor disfrutó muchísimo porque le permitió aportar infinitas aristas y matices a la interpretación. Cuando terminó la obra acudí al camerino a saludarlo y darle las gracias por tan inmenso espectáculo y le ofrecí el libro de firmas, hasta ese momento ocupado sólo por la primera página, donde había escrito la reina Sofía el día de la inauguración. Alterio escribió: “Lo dicho, tenéis un estupendo Auditorio y es un placer trabajar aquí”.